ENRIQUE LIHN DIJO
a Lastra y Valdés
El diario de muerte de un desesperado
las páginas escritas
entre este mundo
y el otro
para no defraudar a mis amigos poetas
y profesores de literatura
La vanidad hasta la expiración
el último aliento
que me corre
por las venas
y me alivia más que la morfina
Morir con las botas puestas
como diría
alguno
más aficionado
a la épica
que a las letanías de cabecera
Yo Enrique Lihn Carrasco
sin claudicar
confieso
y sin vergüenza ajena
ante las cámaras
que nací para ser poeta
con la sola excepción
de mis domingos libres
los seis
restantes días de la semana
Al menos por hoy santeros
y ante lo irremediable
pudieron
haber postergado
su saciedad
cuando yo les gritaba
a voz en cuello
que la ropa sucia se lava en casa
Más allá de cualquier lisonja
les digo
premio
arma cortante o prólogo
a mis obras completas que alguno
de ustedes
se traiga
bajo el poncho
estoy seguro de que el hedor
a cadáver
emanado de mi cuerpo
durante la noche
esta vez
no lo harán literatura malditos
Nicolás Miquea Cañas (Llay-Llay, 1951) es la cabeza de una poesía que te punza de principio a fin. Una escritura brava. La ambición de una obra total. Cuya escritura socarrona, lúdica, inteligente y asentada en las raíces de la poesía castellana sin perder olfato en las flores que vienen, lo hace vital para cualquiera que se jacte de conocer la poesía actual, sus mejores respiraciones
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