A Rojas Pachas
Abundantes cortes en los dedos
evidencian déficit atencional
en momentos cruciales,
acaso jamás practicaremos la forma civil
de lavar un rallador de queso
ni de conjugar correctamente être;
también para gritar conchetumadre hay una técnica,
decía cierto tío lejano
mientras se enredaba en un asado imposible
cortado por el viento del litoral,
pero los dedos tajeados nada quieren saber
de resortes dialógicos mal engrasados
o de la mnemotecnia del lavador de platos
vacunado contra el tétanos y el lirismo,
en todo caso, campeones
el hecho empírico es: asoma aleta negra
de cuchillo sumergido como tiburón
en un maremágnum pródigo en especies endémicas
—alguien dirá, obvio: los restos de un mismo naufragio—, tipo
cilantro, epazote y alguna que otra
gota de nuestra sangre.
en Temblor de párpado, 2020
Gramaje Ediciones
Foto: Claudia Donoso