ENRIQUE LIHN ENTRA Y SALE DE LA PIEZA OSCURA


ENRIQUE LIHN ENTRA Y SALE DE LA PIEZA OSCURA

Autor: Eduardo LLanos Melussa

Ahí va, sentado junto a la ventanilla de un tren inexistente
que cruza en cámara lenta los andenes del recuerdo.
Ahí va, rumbo a la estación definitiva
donde lo esperan los poetas de otros tiempos, como
a un hermano menor que se internó en el bosque del lenguaje
y terminó convertido en guardabosque,
ebrio de oxígeno, ese otro modo de asfixiarse.

No levitó sobre la geografía de América
ni descubrió algún nuevo elemento químico o alquímico,
mientras practicaba ese equilibrio inestable de la tinta y la sangre,
golpeándose la frente contra un muro de incomprensión,
como un adolescente que enciende su primer cigarrillo en medio del temporal
con la vaga esperanza de iniciar un incendio,
pero que termina inventando un nuevo código de señales de humo.

No aduló ni anuló a sus interlocutores;
polemizó de frente, sobre todo con él mismo,
y resultaba contuso, pero rara vez confuso, menos todavía
cuando había que jugársela por la liberación creadora
sin por ello convertirse en faro o en faraón de este desierto.
Más bien fue farero o alfarero de esta isla de arcilla,
sin otra obsesión que dar forma a una sombra que huye en las tinieblas,
porque de la palabra que se ajusta al abismo surge un poco de oscura inteligencia y a esa luz muchos monstruos no son ajusticiados.

Al fin andará liviano por los aires,
integrando el jurado del Premio Nobel Póstumo
o haciendo una novela-comic con los dioses del Olimpo como protagonistas
o deambulando alucinado por los museos cinerámicos del Paraíso
o pidiendo consejos a Freud y a Fourier
para evadir la condena de ser un Sísifo
que eternamente
resbala
y resbala
por el monte
de Venus,
igual que una semilla que reinicia el ciclo entre el cielo y el suelo
o como esos charcos de agua pantanosa,
agua, agua, Enrique, agua que mañana será lluvia,
tembladerales donde serán una sola cosa tus lágrimas de cocodrilo
y los reflejos de las estrellas más inextinguibles.

NOTA: En este poema los versos en cursivas corresponden a citas textuales de algunos poemas de Lihn.



Eduardo Llanos Melussa (Santiago, Chile, 1956). Poeta y psicólogo, se desempeña como docente de pregrado y postgrado en comunicación y creatividad.

Contradiccionario (1983) ensambla varias obras premiadas en diversos concursos de poesía (Ariel, 1978; Literatura Juvenil, 1978 y 1982; Gabriela Mistral, 1979; Juegos Florales de Valdivia, 1982). Obtuvo también el Premio Iberoamericano (1984), el Latinoamericano Rubén Darío (1988), el Centenario Gabriela Mistral (1989) y el Pedro de Oña (1990). Antología presunta (FCE, 2003) recibió el Premio Altazor 2004.

Mantiene inédito un extenso estudio sobre poetas suicidas, y otro sobre psicología, educación y cine. Como académico, la Universidad Diego Portales lo distinguió con el Premio Mustakis a la calidad docente (2000), y la Universidad Central lo premió como profesor de excelencia (2007).

Ha sido parcialmente traducido al italiano, portugués, francés, inglés y estonio.

Aunque no pertenecen a Contradiccionario (su obra más conocida), los poemas elegidos se consideran representativos, pues se seleccionaron a partir de Antología presunta. El primer texto, titulado “Crono/lógica”, vale como una presentación y una autobiografía. Los caligramas “Helicóptero” y “Sudamericanos” datan de 1986, mientras el poema dedicado a Enrique Lihn data de 1988. La “Poética” fue publicada por primera vez en 1996.



daniel rojas pachas

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