A PARTIR DE MANHATTAN: Enrique Lihn y Francis Bacon.



ISABEL RAWSTHORNE

Dios escupió y el hombre se hizo

El hombre eyaculó y el esqueleto cartilaginoso

de una mujer llamada Isabel Rawsthorne apareció en una

calle del Soho

charcos de carne membranosa transparentándose en lechos

clínicos.

Isabel Rawsthorne, esqueleto cartilaginoso de las calles del

Soho

Una cara como un vómito

como una plasta que el ordeñador sanguinolento de lo real

pisotea con sus patas de vaca.

En el prado crece la hierba como los pendejos en el pubis de

Isabel.

La hierba que crece en el pubis del prado

embetunada de semen

bajo esas dos figuras

charcos de carne membranosa transparentándose en lechos

clínicos.

En el lecho nupcial una mesa de operaciones

figuras que se entrelazan como bisturíes de carne

La boca abre su corola dentada.

El rojo de la boca coronado de dientes

el ano dentado de la boca como un birrete de obispo.

Pienso en Isabel Rawsthorne para exorcizar la asfixia

de la que ella, en una calle del Soho, es un emblema aproxi-

mativo

con su carne eyaculada por el pincel de Francis Bacon.




VILLA CANCER


Su nueva casa no es todavía la muerte pero tampoco comunica ya por ningún

poro con el exterior

puertas y ventanas dibujadas por Francis Bacon

Villa Cancer

de acero inoxidable

aislada del más mínimo grano de tierra por la barrera del dolor.

La vida es, mientras dura, infranqueable.

Ese poco de tierra ausente y húmeda que representa su madre para ella

la compañía que se prefiere con desesperación

entre morfina y morfina.

La muerte que a un lado y otro del presente eterno

sólo puede anunciarse pero no llegar en el tiempo

ni abrir una puerta donde no la hay

ni una ventana pintada por Bacon.

Sólo mamá puede infiltrar su sombra en esa casa de acero

sentar su ausencia desesperada junto a la eternidad de la agonía

Lying figure with hypodermic syringe

separadas ambas por un espejo en el que no se sabe cuál de las dos es

un reflejo:

una imagen proyectada

desde el exterior de esa escena exclusivamente interior.


Enrique Lihn

daniel rojas pachas

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